martes, 10 de mayo de 2011

¡¡TIENES QUE SER SORDO PARA COMPRENDER!!


¿Qué se siente “oír” una mano?
¡Tienes que ser sordo para comprender!
¿Qué se siente ser un niño pequeño,
en la escuela, en un aula sin sonidos
con la maestra que habla y habla y habla,
y que cuando al fin se acerca a ti,
te exige que sepas bien lo que ella dijo?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿O la maestra que piensa que para ser inteligente
debes primero aprender a hablar con tu voz?
Y así, obsesivamente, con las manos en tu cara
durante horas y horas, sin paciencia y sin fin,
hasta poder sacar un sonido como el que esperan.
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente cuando tiene curiosidad,
tener sed de conocimientos que puedas llamarlos tuyos,
tener un ansia grabada a fuego en tu corazón,
y preguntarle a tu hermano, a tu hermana, o a tu amigo
para que te respondan diciendo tan sólo: “Ah, nada importante”?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente estar de pie en una esquina
aunque no hayas hecho nada malo,
sólo por intentar decir en silencio
con tus manos al que estaba a tu lado
un pensamiento que de pronto surgió?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente cuando te gritan,
creyendo que así te ayudarán a escuchar?
¿O no comprender las palabras de un amigo
que trata de explicarte el sentido de un chiste
y no lo entiendes?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente si se te ríen en la cara
cuando tratas de repetir lo que se ha dicho,
sólo para demostrar que has entendido
y resulta que has leído mal sus labios
y quieres gritar “por favor, amigo, ayúdame”?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente tener que depender de alguien que oye
para llamar a un amigo por teléfono
o llamar en nombre tuyo a una oficina
y verte forzado a compartir algo tan personal,
y después darse cuenta que tu mensaje
no fue dado con claridad?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente ser sordo y estar solo en una fiesta
en compañía de quienes pueden oír,
tratando de adivinar lo que ocurre a tu alrededor,
porque allí no hay nadie que te dé una mano
mientras tratas de aprehender las palabras y las canciones?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente cuando en el camino de la vida
te encuentras con un extraño que abre su boca
y dice unas palabras rápidamente como si fuera una línea,
y no puedes ni entender las miradas que te lanzan,
porque no lo conoces y te sientes perdido?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente comprender unos dedos hábiles
que desriben una escena,
unos dedos que tú entiendes y te hacen sonreír, y te serenan,
unos dedos que te hablan de esperanza,
con la “palabra hablada” de esa mano que se mueve
y te hace sentir que tú eres parte del mundo?
Tienes que ser sordo para comprender.

¿Qué se siente “oír” una mano?
¡Sí, tienes que ser sordo para comprender!


Willard J. Madsen

1 comentario:

Amanda Laínez Lamothe dijo...

Realmente hermoso, me encanta.